Opinión: Una posibilidad para el cambio

Por Adrián Trabadelo

En días donde el presidente del Consejo Ejecutivo, Jorge Píriz, anunció que pretende un cambio para la disputa del campeonato Minuano de Primera División, comienzan a surgir distintas hipótesis sobre como es “mejor” jugar nuestro máximo torneo deportivo. Pues bien aquí una idea, una simple opinión personal, de una posibilidad que mantendría la motivación de todos los equipos participantes, así como la actividad continua a lo largo de todo el año.

Algunos piensan que el campeonato está bien como se está jugando, con una fase todos contra todos y Play Off. Otros opinan que se debería mantener una divisional única pero eliminando los Play Off, jugando dos fases todos contra todos. También están quienes dicen que se deberían crear dos divisionales, con ocho equipos en la “A”, y cuatro en la “B”, descendiendo los dos últimos de primera, y subiendo los dos mejores de segunda. Claro está que en todas ellas encontramos algo positivo y algo negativo. Como se juega actualmente no hay motivación abajo, y al mismo tiempo algunos equipos juegan muy pocos partidos al año. Con una divisional única a dos ruedas todos contra todos, se aumenta considerablemente la cantidad de partidos por temporada, pero se pierde aún más la motivación para los equipos que no peleen el primer lugar. Por su parte si el fútbol se divide en dos divisionales que se jueguen al mismo tiempo (A y B), se gana en emotividad, pero se reduce considerablemente la competencia, ya que cuatro equipos solo jugarían seis partidos al año, y para los ocho restantes catorce cotejos en la temporada, casi lo mismo o menos de lo que se está jugando.

Por todo lo expuesto, y manejando ejemplos a todo nivel, pero teniendo en cuenta que en esta Liga solo contamos con 12 equipos, surge esta idea, la cual intenta recoger lo mejor de cada una de las posibilidades anteriores, y busca eliminar cada una de las contras. La misma consiste en jugar en la primer parte del año (ejemplo: abril y mayo) la divisional B, con cuatro equipos. Los mismos juegan dos ruedas todos contra todos (con seis partidos asegurados para cada club), ascendiendo o clasificando a primera, los dos mejores equipos del torneo. Inmediatamente luego de concluir la divisional B, quizás con un fin de semana libre pero no más, comienza el torneo de la divisional A, donde participarán los ocho equipos que no estaban en la B, más los dos recién ascendidos. De esta saldrá un campeón, y dos descendidos, que al año siguiente deberán competir con los dos que no subieron por clasificar al nuevo torneo de primera. Esto asegura en primera diez equipos, jugando a dos ruedas todos contra todos con un mínimo para cada club de 18 cotejos al año. Con este sistema todos mantienen motivación, tanto los de la A como los de la B. Los equipos que comienzan el año en la B, saben que tienen la posibilidad de jugar en primera en esa misma temporada, y los dos “peores” solo juegan seis partidos, pero para que esos jugadores no queden “parados”, se establece en el reglamento que los equipos de la A pueden reforzarse con jugadores de los dos equipos que no subieron. En lo que respecta a primera hay motivación constante, los que apuestan en grande, luchan por el Apertura, Clausura o tabla anual, mientras que los que pierdan un poco el “hilo de la competencia” peligran con descender a segunda. Además con solo diez equipos en una divisional es muy corta la brecha entre los que pelean arriba y abajo, por lo que el torneo tendría motivación y atractivo continuo, con fechas apasionantes, y a la vez crecería la cantidad de partidos. Se aseguraría a lo largo del año un mínimo de 24 jornadas del fútbol mayor (6 de la B y 18 de la A). En lo que respecta al gran problema que presenta nuestro fútbol, el tema referil, con este nuevo sistema nunca habría un día con más de cuatro partidos en distintas canchas y al mismo horario (claro está teniendo en cuenta que al menos un partido se juegue el sábado), por lo que con un máximo de 12 árbitros se cubriría una jornada deportiva (reducible si se hacen dobles espectáculos o se juega en horarios distintos).

Sin dudas que esto es solo un bosquejo de un proyecto, debe tener o tiene muchos aspectos por limar y/o corregir. Además es solo una idea, para algunos quizás un divague, pero no quiere ser más que eso, una opinión distinta para que el público futbolero evalué, encontrando virtudes y falencias. En lo que si debemos estar de acuerdo es que un cambio no se debe hacer solo por cambiar, sino que tiene que ser para mejorar, y aquí está un fundamento de cómo quizás podríamos mejorar.